El reiki, reconocido por la OMS, consiste, en resumen, en la transmisión de fuerza vital a través de las manos.
En su vertiente terapéutica se utiliza, con grandes resultados, para reforzar el cuerpo durante o después de una enfermedad grave, y también para tratar casos de ansiedad, estados depresivos o de estrés.
Recibir una o diversas sesiones de reiki agiliza los procesos de recuperación y sirve de acompañamiento en momentos que suelen ser duros y difíciles.
La terapia de reiki está pensada y es utilizada como soporte energético, físico y emocional en todo tipo de procesos difíciles, reduce su duración y ayuda a comprenderlos e integrarlos.